Como ya había tenido mi dosis de masoquismo el viernes con el repuestero amigo versión refrigeración, me olvidé del tema reparaciones. Un manto de olvido ayuda a sanar las heridas del ego.
Ni lerda ni perezosa, la mañana del sábado a eso de las 11, la patrona empezó con la cantilena del horno y que hay que arreglarlo... (ay! me aprietan los pantalones!!!).
"No temáis, Smith está aquí" decía el Dr. Smith de "Perdidos en el Espacio"...
Dije lo mismo y me preparé para la incursión a "La guarida de los 40 ladrones" o sea la casa de repuestos de cocina, donde un resortito de bronce te sale 2 pesos sólo porque necesitás la cocina...
A ver... MP4 con las baterías a full, camperita liviana, zapatillas cómodas... y me lancé raudo a caminar las 16 cuadras que me separan de Cabildo al 100...
Después del agradable ejercicio, y de darme cuenta de que estaba demasiado abrigado para la caminata, con el sol que había, llegué para encontrarme con:
1 - La persiana estaba baja (mala señal)
2 - Un cartelito que decía que atendían de LaV de 9 a 12 y 14 a 18 (nada que no esperara ver)
3 - Otro cartelito que decía "Los repuestos se venden en Av. Directorio XXXX, de LaV... etcétera"
El 1 y el 2, vaya y pase... el 3, una mojada de oreja... te lo ponen como quien te dice "nos mudamos acá a la vuelta"!!!
Se jodió el Plan A... pasemos al Plan B. Son las 12:30 del Sábado, y a la noche de vuelta toca pizza, ergo, el horno *debe* andar, o la patrona me va a repetir tanto el estribillo de que no anda que luego de una explosión en mi ingle voy a empezar a hablar con voz finita.
Vuelvo a casa, me conecto al oráculo de la Era del Plástico y le pregunto...
"repuestos cocina hornos argentina"
Gúgl (se llama así el oráculo) me contesta con una sarta de pavadas.
El Oráculo de Delfos era exactamente igual, pero en vez de pantalla y teclado usaban una señorita y vapores de azufre. La opción de la señorita y los vapores puede sonar tentadora para algunos pero el riesgo de conseguir laburo como soprano la verdad que no me atrae mucho. Aparte, ya pasó de moda en las grandes capitales del mundo.
Entre la sarta de pavadas el avezado intérprete del designio de los dioses descubre la dirección salvadora...
XXXX Gas
Mosconi y Nazca (masso)
xxx-zzzz
Horario: Lunes a Viernes (no me importa), Sábados 8:30 a 14:00
Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
Llamo instantáneamente, y me atiende la voz cascada de una anciana...
Anciana: (...)
GP: Hola, buenas tardes. Quería saber si tienen repuesto de la virola de goma que va en el horno de la cocina tal, modelo cual...
Anciana: ... Ah! El burlete de goma ! Si, sí, tenemos...
GP: Fenómeno! Hasta qué hora abren hoy ?
Anciana: Hasta las 14... (La anciana acá dejó caer la entonación hasta que pareció que iba a finalizar con "hin(algo)otas...)"
GP: Gracias! (Sí, soy un optimista impertérrito).
Agarro de vuelta el dragonmóvil, uno de los dragoncitos para que se ventile un poco de tanta Playstation, y me voy para Pueyredón...
Descubrí con pena que asfaltaron Salvador María Del Carril, y aprovecharon para dársela a los árboles frondosos que la cubrían, descubrí con más pena que todas las calles ahora están asfaltadas, y descubrí que me pasé una cuadra de Nazca, que está más angosta de lo que la recordaba. Mejor, eso me permitió ver que el Nuestra Señora del Huerto sigue exactamente igual. Es más, creo que no le dieron una mano de pintura desde los 80's
En fin...
Logro estacionar a una cuadra de Nazca, de milagro. Si, está de autos hasta la manija Pueyrredón, y la verdad eso la afea.
Siempre me gustaron las calles empedradas y arboladas con tipas o jacarandás, y me imagino a mí mismo yendo al club Círculo General Urquiza a nadar en verano, después de almuerzo, cuando lo único que se sentía era el murmullo de las hojas que se movían con la brisa y las chicharras quejándose del calor.
Bueno, basta de flashback.
Llego a la casa de repuestos de gas, y encuentro al consabido encargado con camiseta manchada de grasa, y el local con 1 metro cuadrado libre. Vamos bien. Así me acuerdo que debe ser una auténtica casa de repuestos.
Diálogo:
GP: Hola, buenas tardes!
Encargado (entra desde afuera luego de dejarme observar detenidamente los bártulos amontonados. Me hizo esperar dos minutos, bah...): Hola buenas tardes...
GP: Tenés el burlete para el horno de la cocina tal, modelo cual ?
Encargado: A ver... (va, busca y trae un manojo de burletes de tamaños varios).
revuelve-compara medidas-se decide por uno que a mí no me parece...
GP: Estás seguro que es éste ? Mirá que me parece que es demasiado ancho...
Encargado (pone voz de autoridad en la materia): Si, seguro... el ancho es *el mismo* en todos los hornos, lo que importa es el largo de los costados para que vaya tenso.
GP (dudo un poco, pero pienso que capaz el que yo tenía se acortó con el calor de años): Bueh... dameló... cuanto es ?
Epílogo:
Llego a casa, me golpeo los pectorales con ambos puños en forma rítmica, y con voz tonante anuncio el triunfo de la humanidad, la verdad y la justicia contra los hornos opresores, instalo el burlete y noto que:
1 - Los lados son muy cortos (como yo pensaba).
2 - El ancho es demasiado (como yo pensaba).
3 - El burlete se estira con el calor, y por lo tanto cuando uno más lo necesita (o sea cuando las papas queman), se viene abajo y deja salir el calor.
4 - Me siento un poco...emmmm... salame.
martes, 21 de octubre de 2008
La vida al gas (freón)
Primer post desde hace rato... Falta que termine de contar mis aventuras con esos adalides de la modernidad constructiva, pero hasta ahora no se me ocurrían otra cosa que malas palabras y eso está mal...
Como ningúna semana del abnegado luchador urbano está completa sin al menos una aventura de contacto social, dos de los artefactos del cocinadero decidieron hacerme la elección fácil y se rompieron al unísono. Impresionante.
El burlete del horno, que humildemente protege las perillas de la cocina del abrasador contacto de la salida del averno en miniatura, decidió que estaba bien, que no participaba más. Se cortó y me dejó a la patrona en modo de repetición de "el horno no se puede usar, hay que arreglar el horno".
Algún día me voy a explayar un poco sobre el uso indiscriminado del "Hay que..." que tiene el otro género de la humanidad.
Mientras... en otro lugar de la cocina, un pequeño pero importante elemento de la heladera se preparaba para dar un golpe mortal a la economía del hogar... Si. Se c*gó el termostato. Luego de pasarme una hora peleándome con la masa chiclosa de la pizza casera, y disponiendome a disfrutar del clásico de los sábados por la noche (la susodicha pizza más cerveza), noté que la pizza estaba caliente, como debía y que la cerveza parecía... eeeeehhh... pis. Los ingleses la tomarán natural, pero dejo esa clase de placeres para los entendidos. A mi, la cerveza me gusta fría.
Rápido cual relámpago intenté resucitarlo, cambiandole los ajustes, pero no... estaba muerto, bien muerto...
Lo dejé entonces trabado en "on" con la posibilidad de apagar el compresor con la llave de encendido de la heladera...
En fin... que el horno (se sonó el día despues... parece que decidió solidarizarse con el termostato) no se pueda usar, vaya y pase... pero la heladera ya es un poco mucho.
Dos repuesteros en la misma semana... hummm... la cosa se veía venir mal para el ego...
Primera aventura:
Prioridad: la heladera... avisé a mi jefe que iba a llegar tarde y me dispuse a ir a la casa de repuestos amiga (?) que queda en Constituyentes cerca de Beiró... Llamada previa, me atiende una voz masculina...
RA: (...)
GP: Buenos días... quería saber el precio de un termostato modelo tanto, para la heladera tal...
RA: Qué modelo el termostato? (la frase sonó así, pero podría jurar que la entonación era la misma que se usa cuando adelante del auto de uno va otro a 5 km por hora que no deja pasar a nadie ni en las esquinas y uno le sugiere en términos inequívocos que apresure la marcha)
GP: Ranco K59
RA: Son todos K59... cuál es el número ??? (acá me parece que quiso insertar un "peludo" pero por algún motivo se distrajo).
GP: Ah! Por el largo del capilar... perá que te digo...
RA: No, dejá... los tengo todos. El original te sale unos tantos mangos.
GP: Gracias, voy para allá. (y para eso me preguntaste???)
Si, soy de los que agradecen por la atención pese a que aunque no le guste, es su laburo...
En fin... agarro el dragonmóvil, interactúo con el tránsito lo menos posible, y llego a "la casa amiga". Tras el mostrador una señora entrada en años y uno que tendría cinco menos que yo. O sea que un pendex no era.
GP: "Hola, quería un termostato para la heladera tal, el modelo es K59 L2698"
Señora: Daniel... (nombre inventado para proteger la identidad del... bueno, de él) tenemos el L2968?
Daniel: Necesito el modelo del termostato, no de la heladera!!!
GP: K59 L2968. Es el modelo del termostato.
Daniel: Ah. (tono de "te salvaste")
busca-revuelve-hace ruidos en las estanterías
Daniel: Acá está. (Lo pone arriba del mostrador. Como venía la cosa pensé que me lo iba a tirar por la cabeza)
GP: Cuanto sale?
Daniel: Tanto.
GP: Lo llevo (Mientras, pienso en la propaganda esa de "Estoy mirando...")
GP: Para ajustar la temperatura mínima, es este tornillo, no? (y, sí, yo tenía que desatar la ira de los justos)
Daniel: Lo vas a descalibrar todo!!! Lo que te anda mal es la heladera!!! (si, dijo heladera y no compresor ni evaporador o condensador. Experto de pacotilla).
GP: Mirá que con el termostato puenteado congelaba...
Daniel: Y sí ... siempre congela!!! No sé cuanto puede llegar esa heladera, pero siempre congela!!! (se olvidó del "b*ludo" después del "Y si.." pero se ve que no era su día para la expresión oral)
GP: Ah. (Si, me pudrí, pero si me agarraba a las piñas o le explicaba un par de hechos de la vida, de los compresores y del freón, me iba a ir sin el termostato así que decidí dar la batalla por perdida para ganar la guerra).
Daniel: Acá está su vuelto.... El tornillo es éste, hay que alejar esta palanquita de este lado. (Un tanto para los buenos, uno que se arrepintió, o capaz que la señora que tenía facha de ser la dueña le iba a explicar en algún momento cómo se trata a un cliente).
Fin de la historia: Puse el termostato en la heladera que no andaba, que habia que arreglarla a ella y no cambiarle el termostato, y "andó". Y yo no levanto gente de entre los muertos.
Como ningúna semana del abnegado luchador urbano está completa sin al menos una aventura de contacto social, dos de los artefactos del cocinadero decidieron hacerme la elección fácil y se rompieron al unísono. Impresionante.
El burlete del horno, que humildemente protege las perillas de la cocina del abrasador contacto de la salida del averno en miniatura, decidió que estaba bien, que no participaba más. Se cortó y me dejó a la patrona en modo de repetición de "el horno no se puede usar, hay que arreglar el horno".
Algún día me voy a explayar un poco sobre el uso indiscriminado del "Hay que..." que tiene el otro género de la humanidad.
Mientras... en otro lugar de la cocina, un pequeño pero importante elemento de la heladera se preparaba para dar un golpe mortal a la economía del hogar... Si. Se c*gó el termostato. Luego de pasarme una hora peleándome con la masa chiclosa de la pizza casera, y disponiendome a disfrutar del clásico de los sábados por la noche (la susodicha pizza más cerveza), noté que la pizza estaba caliente, como debía y que la cerveza parecía... eeeeehhh... pis. Los ingleses la tomarán natural, pero dejo esa clase de placeres para los entendidos. A mi, la cerveza me gusta fría.
Rápido cual relámpago intenté resucitarlo, cambiandole los ajustes, pero no... estaba muerto, bien muerto...
Lo dejé entonces trabado en "on" con la posibilidad de apagar el compresor con la llave de encendido de la heladera...
En fin... que el horno (se sonó el día despues... parece que decidió solidarizarse con el termostato) no se pueda usar, vaya y pase... pero la heladera ya es un poco mucho.
Dos repuesteros en la misma semana... hummm... la cosa se veía venir mal para el ego...
Primera aventura:
Prioridad: la heladera... avisé a mi jefe que iba a llegar tarde y me dispuse a ir a la casa de repuestos amiga (?) que queda en Constituyentes cerca de Beiró... Llamada previa, me atiende una voz masculina...
RA: (...)
GP: Buenos días... quería saber el precio de un termostato modelo tanto, para la heladera tal...
RA: Qué modelo el termostato? (la frase sonó así, pero podría jurar que la entonación era la misma que se usa cuando adelante del auto de uno va otro a 5 km por hora que no deja pasar a nadie ni en las esquinas y uno le sugiere en términos inequívocos que apresure la marcha)
GP: Ranco K59
RA: Son todos K59... cuál es el número ??? (acá me parece que quiso insertar un "peludo" pero por algún motivo se distrajo).
GP: Ah! Por el largo del capilar... perá que te digo...
RA: No, dejá... los tengo todos. El original te sale unos tantos mangos.
GP: Gracias, voy para allá. (y para eso me preguntaste???)
Si, soy de los que agradecen por la atención pese a que aunque no le guste, es su laburo...
En fin... agarro el dragonmóvil, interactúo con el tránsito lo menos posible, y llego a "la casa amiga". Tras el mostrador una señora entrada en años y uno que tendría cinco menos que yo. O sea que un pendex no era.
GP: "Hola, quería un termostato para la heladera tal, el modelo es K59 L2698"
Señora: Daniel... (nombre inventado para proteger la identidad del... bueno, de él) tenemos el L2968?
Daniel: Necesito el modelo del termostato, no de la heladera!!!
GP: K59 L2968. Es el modelo del termostato.
Daniel: Ah. (tono de "te salvaste")
busca-revuelve-hace ruidos en las estanterías
Daniel: Acá está. (Lo pone arriba del mostrador. Como venía la cosa pensé que me lo iba a tirar por la cabeza)
GP: Cuanto sale?
Daniel: Tanto.
GP: Lo llevo (Mientras, pienso en la propaganda esa de "Estoy mirando...")
GP: Para ajustar la temperatura mínima, es este tornillo, no? (y, sí, yo tenía que desatar la ira de los justos)
Daniel: Lo vas a descalibrar todo!!! Lo que te anda mal es la heladera!!! (si, dijo heladera y no compresor ni evaporador o condensador. Experto de pacotilla).
GP: Mirá que con el termostato puenteado congelaba...
Daniel: Y sí ... siempre congela!!! No sé cuanto puede llegar esa heladera, pero siempre congela!!! (se olvidó del "b*ludo" después del "Y si.." pero se ve que no era su día para la expresión oral)
GP: Ah. (Si, me pudrí, pero si me agarraba a las piñas o le explicaba un par de hechos de la vida, de los compresores y del freón, me iba a ir sin el termostato así que decidí dar la batalla por perdida para ganar la guerra).
Daniel: Acá está su vuelto.... El tornillo es éste, hay que alejar esta palanquita de este lado. (Un tanto para los buenos, uno que se arrepintió, o capaz que la señora que tenía facha de ser la dueña le iba a explicar en algún momento cómo se trata a un cliente).
Fin de la historia: Puse el termostato en la heladera que no andaba, que habia que arreglarla a ella y no cambiarle el termostato, y "andó". Y yo no levanto gente de entre los muertos.
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